Santos le dice No a la Comisión, a Petro y a la izquierda- Es el titular agridulce que maneja La Silla Vacía
El presidente Juan Manuel Santos decidió
su encrucijada y optó por no acatar las medidas cautelares de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos que le solicitaban suspender la destitución del alcalde
bogotano Gustavo Petro mientras
decide sobre el fondo del asunto.
La decisión la tomó después de reunirse con la bancada
conservadora, con quienes tenía programada previamente una reunión, con algunos
liberales, con su equipo jurídico y con los presidentes de las Altas Cortes.
El presidente dio tres grandes argumentos al anunciar su decisión.
El primero es que las medidas cautelares de la Cidh no son de obligatorio
cumplimiento, sino recomendaciones. A su juicio, como la Corte Constitucional
nunca ha dicho que todas las medidas cautelares deben ser ejecutadas, sino que
lo ha hecho en casos específicos, su aplicación no es automática. Además, dijo,
que las decisiones de la Corte se han hecho en casos de amenaza inminente a la
vida, algo cuya gravedad no está en juego en este caso.
El segundo es que decidió no otorgarlas porque el Alcalde tuvo
acceso a un amplio abanico de mecanismos de defensa, incluyendo más de 300
tutelas, por lo que sí tuvo acceso a la justicia.
Y el tercero es que, a su entender, el Sistema Interamericano solo
aplica cuando no hay más recursos judiciales, y en este caso quedaba la
revisión en la Corte Constitucional y, sobre todo, la acción de nulidad ante el
Consejo de Estado.
Tan pronto Santos habló, nuevamente los abogados comenzaron a
discutir la validez de sus argumentos. Y como suele suceder en estos casos,
como hay un campo para la interpretación jurídica, al final la decisión es
primero política y luego argumentada jurídicamente.
Es cierto que la Corte Constitucional al determinar la
obligatoriedad de las medidas cautelares lo hizo a raíz de casos en los que
estaba en juego el derecho a la vida y no un derecho político como ahora.
Esta es la primera vez que se cautelan en Colombia este tipo de
derechos. Pero, en esas sentencias, la Corte Constitucional nunca
especificó que esa obligatoriedad estuviera circunscrita solo a estos derechos.
Además cuando Rafael Correa, el presidente ecuatoriano, se opuso a
las medidas cautelares de la Cidh en un caso de libertad de expresión en el que
la vida no estaba en juego, la posición pública de Colombia es que éstas se
deberían cumplir. No es claro qué cambió.
El argumento de que el Sistema Interamericano solo aplica cuando
no hay más recursos judiciales es cierto pero cuando se trata de fallar los
casos de fondo. En el caso de las medidas cautelares –que es lo que Santos
decidió no acatar- esto no es así pues si Petro esperara a que el Consejo de
Estado anulara la decisión del Procurador en dos años o tres (que es lo mínimo
que se demoraría), ya habría habido un daño irreparable a sus derechos pues
habría perdido la Alcaldía. Por eso el criterio de las medidas cautelares
es la gravedad, la urgencia y el riesgo de un daño irreparable.
Pero, como lo dijo La Silla, sobre la procedencia y conveniencia
de las medidas cautelares a derechos políticos hay mucho debate, no solo en
Colombia sino en todo el continente donde varios países no las acatan
(incluyendo a Venezuela, México y Estados Unidos), y Santos decidió jugársela
por no hacerlo.
La Silla supo que otro argumento que se discutió en estas
reuniones antes de formalizar la decisión –aunque no lo dijo en su anuncio
Santos- es que se iba a generar un caos si al acatar la decisión de la Cidh
todos los destituídos comenzaban a demandar al Estado apelando a que su
situación era igual.
Santos anunció que el ministro de Trabajo Rafael Pardo quedará
encargado mientras los Progresistas presentan una terna, del que se escogerá el
alcalde transitorio, hasta que se convocan elecciones. Y no es claro si la
terna la deben presentar las tres personas que formaron el comité promotor de
la candidatura de Petro (el caricaturista Vladdo, la académica y ex Secretaria de
Integración Social Consuelo Ahumada y
el ex Contralor Carlos Ossa) o las directivas de la Alianza Verde, ya que
Progresistas se fusionó en ese partido.
Mejor dicho, la ciudad está lejos todavía de conseguir cierta
estabilidad. Máxime cuando Petro podría interponer ahora una tutela para que el
juez le reconozca la protección de las medidas cautelares, con lo que el
círculo de demandas puede arrancar de nuevo. Y también puede presentar una
demanda de nulidad contra la destitución y pedir que ésta sea suspendida.
Por el lado de la Cidh, la Comisión podría llevar el caso ante la
Corte Interamericana para que decida, pero como la Corte suele ser más
conservadora es posible que la Cidh no se arriesgue a dar este paso todavía
antes de entrar a fallar de fondo, lo que tomará mínimo un año y seguramente
desembocará con la decisión de por lo menos tumbar la inhabilidad que le dio el
Procurador de 15 años, que a todas luces es ilegal bajo la Convención
Americana.
En todo caso, toda esta discusión jurídica quedará opacada por la
política puesto que a partir de mañana comienza la batalla por Bogotá, en donde
se jugará el nuevo pulso entre el uribismo y el santismo y donde la izquierda
también tiene un papel.
Lo que sí es claro es que con esta decisión Santos le dio un portazo a la izquierda, un grupo minoritario pero que
eventualmente él podrá necesitar en segunda vuelta si la contienda termina
siendo tan apretada como vislumbran las encuestas. Y convirtió a Petro en un
nuevo rival.Ya en sus declaraciones a Angela Patricia Janiot en CNN y
ante sus seguidores, Petro esbozó lo que serán sus dos temas de
campaña a partir de hoy, ambos duros para Santos. A Janiot le dijo que él
es un subversivo que se desmovilizó en un proceso de paz pero que ahora queda
demostrado que les hicieron trampa. Dice que lo de hoy es un "cierre a una
promesa de paz" y que “el voto hoy en Colombia no sirve”. Y
después agregó - ya en la Plaza de Bolivar desde el balcón - que él
fue elegido en Bogotá de manera legítima, sin comprar un sólo voto (léase sin
Ñoños ni Musas). Mientras que los que hoy le hicieron "el golpe de
Estado" fueron elegidos "con los dineros de la corrupción y con
la sangre y los dineros de la cocaína".
Mejor dicho, la pelea hasta ahora empieza.