Oficial. Reelegida Dilma Rousseff en Brasil - amadoucrosnoticias.blogspot.com - De Huffington Post -
Con el 51.63% reelegida Dilma Rousseff, escrutado el 99.9% de los votos - amadoucrosnoticias.blogspot.com -
La más imprevisible de las campañas ha terminado con el más
previsible de los resultados. Durante semanas pareció que Marina Silva, en la
primera vuelta, o Aécio Neves, en la
segunda, tenían serias posibilidades de evitar un cuarto mandato consecutivo
del Partido de los Trabajadores (PT). Pero a la hora de la verdad, la mayoría
de los brasileños ha votado por la continuidad de Dilma Rousseff. Es decir, que
todo ha cambiado para que todo siga igual.
Estas son las ocho claves de unas elecciones inolvidables:
1) Carrera de caballos. En los últimos meses hemos
asistido a una agitada competición en la que Dilma Rousseff no siempre ha sido
favorita. Entre finales de agosto y principios de septiembre, después de que
Marina Silva ocupara la vacante del fallecido Eduardo Campos, la exministra llegó a tener más de un
70% de probabilidades de convertirse en la primera presidenta negra de Brasil.
Igualmente, a mediados de octubre, las esperanzas del ex gobernador Aécio Neves
de conquistar el Palacio de Planalto superaron el 80%. Al menos así lo calculó,
basándose en numerosos sondeos, el estadístico Neale Ahmed El-Dash. Y sin embargo, ni Marina accedió a
la segunda vuelta ni Aécio logró impedir la reelección de Dilma.
2) Para gustos, las encuestas. En vísperas de la
votación, un sondeo llegó a darle nada menos que nueve puntos de
ventaja a Aécio. Otro apuntaba a un triunfo de Dilma por siete puntos. Al final, ambas previsiones fallaron
estrepitosamente y sólo hubo tres puntos de diferencia entre la presidenta
(51,6%) y su rival (48,3%). Para ser justos, hay que decir que algún instituto
de opinión, como Datafolha, sí se acercó conbastante exactitud a
los porcentajes definitivos.
3) Poco que celebrar. La victoria de Dilma supone el
resultado más igualado desde que Brasil volvió a ser una democracia en los años
80. Y no sólo eso: también es el peor desempeño de un candidato del PT desde
1998, cuando su padrino Lula da Silva cayó derrotado en primera vuelta contra
Fernando Henrique Cardoso.
4) Cambio, sólo con la boca pequeña. La presidenta,
pese a todo, puede sentirse aliviada. Porque tres de cada cuatro brasileños
querían un cambio de rumbo en la forma de gobernar el país, pero esos deseos no
se han traducido masivamente en votos a la oposición. Es cierto que Aécio ha
obtenido el apoyo de nada menos que 51 millones de electores, pero han sido
insuficientes para superar los 54 millones de Dilma. Lo curioso es que ambos se
presentaban con eslóganes similares: ella, "Muda Mais" (Cambia más);
él, "Muda Brasil" (Cambia Brasil).
5) El triunfo del marketing político.
Al igual que James Carville, Karl Rove y David Plouffe fueron los cerebros
detrás de las victorias de los tres últimos presidentes de EEUU, Dilma le debe
gran parte de su éxito al marqueteiro João Santana. Al frente de un equipo de
creativos y especialistas en comunicación, este periodista y músico de Bahía ha
ejecutado con excelentes resultados la misión de vender los logros de la
mandataria y dañar la reputación de sus adversarios. Al sonriente Aécio, por
ejemplo, lo han presentado como un fiestero que se niega a soplar en los
controles de alcoholemia y que trata a las mujeres con agresividad. Verdad o
mentira, lo único seguro es que esa imagen no le ha ayudado a pescar votos
entre el electorado femenino.
6) Un país partido en dos. El problema es que ese
juego sucio, al que también ha entrado la oposición, ha dado como resultado la
campaña más negativa desde 1989. A partir del 1 de enero de 2015, o desde esta
misma semana, Dilma tendrá que hacer frente a un país fragmentado no
sólo entre rojos y azules, sino entre casi una treintena de formaciones
políticas con representación en el Congreso, cada una con sus propios intereses
y con nombres que ayudan poco a entender su ideología. Sin ir más lejos, un partido
que se hace llamar "progresista" tiene como cabeza visible a un diputado de extrema derecha, homófobo y racista
que añora los tiempos de la dictadura militar.
7) Dilma, hacia la independencia. En esa tarea de
reunificar políticamente el país, los analistas brasileños creen que la
vencedora tenderá a alejarse cada vez más de la sombra de Lula. Fue él quien la
nombró candidata y la llevó hasta el triunfo en 2010, como explico en mi libro La construcción de una
presidenta, pero en esta segunda campaña su influencia ha sido
menor.
8) Rumbo a 2018. Queda por
resolver la incógnita de si Lula se arriesgará a volver en las próximas
elecciones, a punto de cumplir los 73 años y después de haber abandonado el
poder con la popularidad por las nubes. Si se lanza nuevamente a la batalla, es
probable que deba enfrentarse a Aécio, fortalecido y bien colocado pese a la
derrota, o a su ex ministra Marina, representante de una tercera vía que no
termina de cautivar a los brasileños.